miércoles, 22 de mayo de 2013

¡Sí, nada!

Siempre hay motivos para escribir, y andaba descartando temas para disponerme a regar letras por estos lares. Ante la situación, empecé por descartarla a ella, a él, a ellos, a todos, a eso, a aquello, a lo que sonó, a lo que cayó, a la oscuridad, a la luna que no está pero que por ahí debe andar, a la lluvia, a cada gota, a la misma gota congelada, al charco, al río, al océano, al sol, a su seducción al agua, tanta, que la evapora; descarté todo y decidí dejar nada.

Vaya error, la tarea de escribir se torna complicada, tanto o más que cuando se vienen de frente, te miran a los ojos, te señalan y retan sin piedad  preguntando: ¿qué es "amor"?

Así, con los ojos mirando hacia arriba, a un punto no determinado, parpadeando con menos frecuencia, arrugando un poco la frente, con una ceja más levantada que otra, así, me quedo sin qué decir, sin qué escribir, ¿qué es "nada"?

Y cómo le escribo a "nada" si ni siquiera sé lo que es, ni tampoco me interesa saberlo, ¿para qué? ¡para nada! ¿nada? ¡si, nada! aunque no lo sepa, pienso y termino de escribir este párrafo ahora mirando hacia abajo y a la izquierda, algo alterado.

Escribir de nada, no duele, no alegra, no pone a suspirar, no se interpreta, en definitiva no pasa nada, ¿nada otra vez? ¡Sí, nada! Aparece de nuevo la duda, acompañada de un suspiro con los hombros recogidos, la frente más arrugada, el contexto no importa, el frío, la música, la respiración forzada, nada importa ¿de nuevo nada? ¡Sí, nada!

Mientras escribo de "nada", ¡Sí, de nada!, todo pasa por mi cabeza, o casi todo, de nuevo él, ella, ellos, todo, nadie, nada, árboles, familia, casas, perros, patos, estrellas, galaxias, fotos, muebles, nubes, cielo, lunas, dos, dos lunas, ahora son tres, se van, piano, vino, suspiro, playa, mar, país, mundo, cerca, lejos, muy lejos, abrazos, besos, caricias, sueños, no estás, quiero que estés, no te ves, recuerdos, amigos, risas, comida, lágrimas, miedo, ansias, ansias, ansias, él, ella, ellos todo... ¡NADA!