jueves, 11 de abril de 2013

Política despotricada

(La felicidad) Una política ideal...

Recuerdo que la elección del representante estudiantil de la primaria, en mi grado 5°A, de la Escuela Anexa* se disputaba entre dos compañeros, Fabián y Oscar, para entonces tendríamos entre 10 y 11 años.

Fabián, candidato favorito, contaba con el 94% del total de los votos del curso, mientras que Oscar, mi candidato, contaba con el 6%. Sin embargo, ante la tajante y evidente derrota que las encuestas relataban, el 6% de la población (sí, mi candidato y yo) nos dedicamos a trabajar y demostrar a través de publicidad elaborada por nosotros mismos, las grandes ideas que beneficiarían a la población, recuerdo el pliego de cartulina verde y de color azul, uno de ellos era la pancarta, una gran cara dibujada, en lápiz, del candidato, la otra contenía las ideas para ofrecer en la campaña. Socialización de las ideas y divulgación de la campaña se llevaban a cabo en las mañanas, antes de empezar las clases.

El día de la elección llegó con un ambiente extraño, la campaña había surgido efecto y lo que las estadísticas habían estado manifestando durante toda la campaña electoral (menos de 2 semanas) se invirtió. La inspectora oficial (la profesora Graciela), solicitó un discurso final para aceptar los resultados, los cuales concluyeron en felicitaciones, abrazos y satisfacción de parte y parte, el año de representación estudiantil se desarrolló sin mayores inconvenientes, unificando las ideas de los sanos "contrincantes". Este par de candidatos, a la fecha, tienen una amistad envidiable.

En adelante, sin resentimientos de por medio, se compartía en el descanso comprando en la tienda escolar, en el patio jugando, en nuestras casas haciendo tareas, en plan de entretenimiento, juego, en fin.

... El cachetazo a la realidad (será breve para no caer en insultos y lloriqueos)...

Varios líderes políticos tienen ideas interesantes, no todas claro que sí, que en conjunto beneficiarían en lo social, en lo justo, en lo económico al 100% de la comunidad. Pero como habitante de una población que los elige, pasamos de ser importantes para los candidatos a impotentes en sus decisiones.

El ganador debería poder ejecutar sus buenas ideas, mientras que la oposición se encargue, tanto, de fortalecer dichas ideas, como de apaciguar y negociar aquellas que no lo son tanto y recuperar las propuestas de los que perdieron para sumarlas, en lo posible, para el bien de todos.

¡Pero!, en el mejor de los casos, el ganador ejecuta sus buenas obras con una mano, mientras que con la otra debe defenderse de la guerra que, aún después de campaña, sus opositores le tienen retada sin importar intereses de los gobernados. En el peor de los casos, el ganador ejecuta cuanta acción quiere, acallando a sus polos a tierra y buscando beneficios para sí mismo y su "entorno" (entorno que no va más allá de 2 o 3 cuadras sanguíneas a la redonda).

... Hace falta que seamos gobernados por más Oscares, vigilados por más Fabianes y asesorados por más Gracielas.

*Hoy en día, Normal Superior del Mayo, del municipio de La Cruz - Nariño, Sede Primaria.