viernes, 11 de abril de 2014

Levito y camino

A destiempos suceden los momentos,
a deshoras los sentidos se enfilan,
en horas tardías llegan los amaneceres,
atardece y el rocío nocturno apenas se despide.

No son segundos los que cuentan,
no días, no noches, no es tiempo,
ni eclipses, ni lunas, ni sueños, ni veranos,
tampoco ocasos que no dejan quedar al sol.

Esperan los suspiros, las sonrisas,
y a veces el recuerdo queriendo dejar de serlo.
En ocasiones hasta las pausas se desesperan,
la ausencia se respira, se cuenta, se multiplica.

Otra vez la sonrisa de lo que pasó, juega sucio.
Justo cuando se desempolvan las letras para pronunciar nombres,
una voz responde, se resume, se ausenta, se va,
y vuelven a su posición fetal las emociones, se exilian.

Huye del allá, vuelve, pero no lo olvides, vuelve.
No te quedes, siempre trata de estar, sólo trata,
el camino que se trace en cada ida y vuelta será un secreto
el aliado, el encuentro permanente, el hasta siempre.
Por @wdelbar