viernes, 23 de septiembre de 2011

Cambio bronca por sonrisas

Esta publicación no hace parte de una campaña más de paz y tolerancia del país del Sagrado Corazón de Jesús, ¡no! Tampoco es una respuesta impecable de una señorita miss cualquier cosa, ¡no! Ni mucho menos es un injerto entre un centro de reclusión de violentos y un centro de ortodoncia, ¡no!

Es sólo un breve escrito a partir del cual, usted, miembro de un equipo de trabajo, integrante de cualquier grupo de personas, puede empezar a tomar distancia, reformular su actitud, intentar indagar un poco más el asunto si de verdad se muere por opinar ó, en el peor (yo aseguraría que es el mejor) de los casos simplemente aprender a callar.

A continuación el aparte de un diálogo, en el cual utilizaremos nombres falsos para mantener oculta la información de los implicados, y, desde luego, mantenerme a salvo para no entrar a herir susceptibilidades (si algún día uno de los implicados, en especial UNO, llegase a leerlo), al menos no de manera directa.

Los participantes de la historia son Dieguito, Jesucito, Pedrito, Arturito y Guillermito. Diego comentaba a Jesús y a Guillermo, su caso de salud por el que pasaba en estos momentos, este caso tenía que ver con sus pies y su calzado, así continuó el camino hasta que Pedrito en un punto, muy adelante del recorrido se unió. Para este momento Diego continuó contando su historia, y el diálogo de la gran enseñanza ocurrió así:

  • _ Dieguito: Si, entonces tengo que buscar zapatos especiales. 
  • _ Jesucito: Yo se que esa línea la maneja Vélez 
  • _ Pedrito: ¿Velez? ah sí, el también es artista 
  • _ Jesucito: (Intentando evitar que Pedrito siga) No, ¿Velez? 
  • _ Pedrito: Sí, Vélez es escultor, él trabajó con mi hermano 
  • _ Dieguito, Jesucito, Arturito y Guillermito: (silencio pausado por 2 ó 3 segundos) 
  • _ Dieguito: ... pues sí, yo he comprado a veces en Velez, otras en Hush Puppies, son pocos los que tienen esa línea de calzado...
Finalmente, quiero cerrar esta pequeña entrada, con la definición de un término, cuyo uso encierra quizás, la actitud de más de una persona que conocemos, incluso podría ser la nuestra. Eso sí, recomiendo que deberíamos hacer uso de esa definición también para preguntarnos en ocasiones: ¿Seré yo un "Anfibio anuro de cuerpo rechoncho y robusto, ojos saltones, extremidades cortas y piel de aspecto verrugoso (RAE)?


NOTA: Qué lástima que estos escritos no hagan parte de la gran cantidad de informes y documentos que debo elaborar para mis labores, en fin. Desahogado, trabajo mejor :)